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Imagínate en la Casa Batlló

Hay mil motivos para que la Casa Batlló sea digna de una celebración.

Hoy es vuestro aniversario, le has comprado una chuchería que sabes que le va a gustar, porque llevas tiempo averiguando qué le apetece, o que le hace falta. Y sin que se entere lo has conseguido.

Por un lado sabes que no es el regalo en sí lo importante, si no el acordarte de ese día especial en el que llegó el enanito ese de los pañales y ni se molestó en usar el arco, pilló la flecha y te la hundió a bocajarro en el corazón cuando le viste.

Algo te dijo que le habías encontrado, así sin más. Sin buscar, sin esperar, sencillamente apareció.

Y hoy vais a celebrar ese día. Y todos los días buenos y malos que tienes a su lado, porque todos son importantes, junto a tu pareja, todo es importante y nada importa.

De repente te llama, y te dice que tiene una sorpresa y que te espera a la salida del metro de Passeig de Gràcia. ¿Que curioso, que tendrá preparado?

Ahora es cuando los nervios empiezan a aflorar… una sorpresa…. vaya, y ¿ahora que te pones? Pues te pones feliz, coges su regalito y al punto de encuentro.

Al llegar le ves, tan…. tan… aix¡¡ ¿pero como se puede uno enamorar más de quien ya estás enamorado?

En fin, un beso, un te quiero, una sonrisa y más besos….

Y te coge de la mano y ves que entra en la Casa Batlló.
Vaya, has pasado mil veces por aquí, y no recuerdas haber entrado nunca.
Y aquí es cuando te maravillas.
Ya desde la entrada, las primeras escaleras, los azulejos, el pasamanos de la escalera, todo es sorprendente.

Poco a poco vais avanzando, y todo resulta increíble. Las puertas, las ventanas, las escaleras, los tragaluces, las estancias, los pisos, y hasta el ascensor. Todo es diferente, pero a la vez armonioso.

Hay tantos detalles, que se pasa el tiempo sin apenas darte cuenta.
Y desde la terraza, contemplas unas vistas excepcionales de la ciudad, con el abrazo de quien te hace tan feliz, hoy y siempre…..