Sobre nosotros

Misterio en pareja, es disfrutar juntos mientras nos cuidamos.

Porque nos encanta eso de pasar miedo, de encontrar enigmas y resolverlos, de disfrutar del misterio en pareja.

Soy una cagada, sí, no me importa reconocerlo.

El terror me encanta, las películas, las historias, los libros…. Pero soy de las que después, tengo que ver algo de risa.

Hacer algo totalmente opuesto, porque si no, me muero de miedo y no puedo dormir con las pesadillas.

Y aún así, sabiendo que me acojono con rapidez, sigo buscando y pasando terror.

Aunque hay que reconocer, que el terror está de capa caída en el cine. Ya no es lo que era (o ya no soy como era…)

Pero entonces voy y me hablan de un Room Escape en Barcelona.

Que “da mucho miedo, pero que mola mucho”, y pienso “hummmm seguro que no es para tanto”.

Así que primero convenzo a mi pareja, que, como ya os he comentado en algún otro momento, es un poquito rancio para esto de salir y hacer cosas en la ciudad (nada grave, por suerte).

Pero no me resulta difícil, me bastan 5 palabras — A que no hay huevos — y lo tengo listo en un momento y esperando vacilarme.

He entrado en su web, que además me mola mucho.

Porque no hablan solo de su producto, si no de historias de miedo en general, en el cine, los cómics, videojuegos, etc.

La verdad es que es de las pocas en las que me he entretenido un buen rato en cada una de sus páginas.

Al lío, he aprovechado un bono (que ya que lo tenemos, y mola, pues lo aprovechamos). Y a las 21:45 de la noche estábamos en la puerta como un clavo.

Esta vez, hemos quedado para cenar con una pareja amiga, Vicente y Rosi, y a vivir la experiencia.

Para ellos es su primera vez en un room escape, pero para nosotros ya es la tercera. Así que les explicamos un poco como va, y eso.

Al entrar, ya como está ambientado, todo gira en torno a una historia que vamos descubriendo a medida que vamos avanzando. La luz tenue, los momentos de tensión por haber oído ruidos, algún susto, y por supuesto, lo que nos llegamos a reír con nuestros amigos, eso no tiene precio.

Por un lado me dio miedo, porque sí, porque soy así de asustadiza, y porque está realmente bien hecho. Y por el otro, la panzada de llorar de risa, por las patochadas y el pánico nervioso que pasó Vicente, y que ninguno nos lo esperábamos, y acabamos por los suelos, resolviendo los puzles entre — ¡¡¡Corre!!! — y — ¡¡¡Joder para ya que me meo!!!

Toda una experiencia que os recomiendo (aunque a Vicente, nos lo quedamos nosotros). Resolver un misterio en pareja.