Terra Mítica

Diversión en pareja en Terra Mítica

La diversión en pareja, o con quien quieras, está asegurada. Palabra.

Vale, hoy me lo han puesto difícil.

Tengo que describir Terra Mítica en modo resumen, y es algo que me cuesta.

Si en dos días que estuvimos allí, sólo para disfrutar del parque, nos quedamos cortos, cómo para resumir la experiencia igual que si no hubiese ido… :/

Pero como soy una buena persona (y mi jefe me lo ha pedido amablemente). Voy a hacer todo lo posible para que os hagáis una idea aproximada.

Así después, cuando hayáis ido y disfrutado de la diversión en pareja, me contéis si me he pasado o me he quedado corta con la descripción. ¿Trato?

Pues a ver, situaros.

Mi pareja, molón con las atracciones, siempre y cuando no sean muy bestias. Porque se me está haciendo mayor por momentos, y ya no encaja como antes eso de soltar adrenalina a cascoporro.

Yo, que sí, que también me hago mayor (la opción B no me mola ni contemplarla). Pero me gusta eso de probar nuevas experiencias y gritar como una posesa mientras me vuelvo loca aferrándome a lo que me sujete….

Pues somos un tándem cuando menos curioso.

Nos queremos mucho, seguro que casi tanto como vosotros que me leéis. Así que eso de ir a pasar un día entero y hasta dos, en un parque de atracciones como Terra Mítica, me parece de lo más divertido para hacer con tu pareja. Es estupendo pasar por los altibajos que te ofrece un lugar como este.

Adrenalina, paseo, diversión, buena comida, genial alojamiento, más adrenalina, entretenimiento, adrenalina, diversión, relax…

El parque está bien diferenciado en tres zonas.

Roma, enmarcada en un fantástico escenario, en el que parece que te trasladas a la roma de Julio César. A esa que nos dibujan en las pelis de mi infancia, y con todo lujo de detalles.

Allí lo primero que hice, es subirme en “El vuelo del Fenix”. Básicamente porque sé que mi churri, a esta no se asoma ni loco.

Me encantó que estuviera situada dentro de un coliseo, porque me faltó decir aquello de las pelis (que no de la realidad) “Ave César, los que van a morir te saludan¡”.

Después de la primera tanda de gritos (que necesitaba como una loca), ya fuimos paseando hasta el Magnus Colosus, y aquí si que nos subimos los dos.

Es una montaña rusa hecha en madera, con un traqueteo característico, en la que nos lo pasamos genial.

Para seguir con la sorpresa del día, el “Inferno”. En esta reconozco que me lo pasé genial, aunque me aferré a la barra del asiento, y me dejé las manos en ella.

Luego ya nos fuimos a comer. Aunque era un poco tarde, nos atendieron genial en el Via Apia, en el que comimos como señores romanos… ;)

Por la tarde decidimos estar de tranquis, y vimos una lucha a lo Espartaco, y un espectáculo circense. Pasamos a Egipto y allí vimos “El secreto de las pirámides” (que me encantó).

Nos fuimos al Hotel Grand Luxor, en el que estuvimos de fábula. Aprovechamos a cenar en la habitación. Es una de esas cosas que nos encanta, más íntimo, más romántico. Luego disfrutamos de la habitación el resto de la noche.

Para levantarnos lo justo para desayunar y volver de nuevo al parque a seguir disfrutando.

Como nos hacía muy buen día, caluroso a pesar de que se estaba acabando el verano, aprovechamos a subir a las Cataratas del Nilo, y echar unas risas.

Para proseguir con Titánide. En el que nos quedamos sin respiración por un momento, para poder seguir gritando en cada giro.

Luego en especial mi churri, disfrutó mucho con el Laberinto del minotauro. Entre otras cosas, porque el chavalote tiene muy buena puntería.

Pasamos por el Synkope, bueno, pasé, por él ya había tenido bastante, así que se quedó en tierra haciendo fotos, y viendo como me desgañitaba en ese balanceo.

Comimos en “Las Jaimas”, delicioso, pero algo más tranquilos. Y acabamos el finde en el Puerto de Alejandría. en el que pudimos relajarnos con el paisaje tan bonito que han creado.

Quizás os parezca que es mucho, pero valió el tiempo, valieron las horas, y valió muchísimo, poder disfrutarlo con mi pareja.

Así que.. ¿Probáis?